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El 18 de julio, 85 años después, una historia de Pilar Mera CostasUn caluroso sábado de julio de 1936, el día 18, a las 8 y media de la mañana, el Gobierno de la II República se dirigía por radio a la población. Se había producido una rebelión del Ejército en Marruecos. Después de meses conspirando, los principales mandos militares se sublevaron por toda España. 85 años después, Pilar Mera Costas, del grupo de investigación Memoria e Historia en el Mundo Contemporáneo, del departamento de Historia Social y del Pensamiento Político de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED revive en “18 de julio de 1936. Hacia la Guerra Civil española” la tragedia que entre tiros, traición y muerte rompieron el mapa en dos y desencadenaron una guerra civil. |  | |
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La obra de Mera Costas pertenece a una colección de la editorial Taurus denominada La España del siglo XX en siete días, que cuenta los hecho cruciales de un período a través de fechas emblemáticas que marcaron la historia. “El 18 de julio, no necesita ninguna explicación, porque hay pocas fechas que tengamos tan grabadas en nuestra memoria, que nos suenen a todos, que todos sabemos qué pasó. Pero precisamente porque es una fecha tan importante y tan conocida para todo el mundo, resultaba un reto contarla. En teoría sabemos mucho, muchísimo, y sin embargo, también es verdad que a pesar de lo mucho que los historiadores e historiadoras hemos trabajado sobre esta etapa (sobre la Segunda República, sobre la Guerra Civil, sobre el franquismo...) sigue habiendo muchos mitos, muchas ideas preconcebidas que se repiten”
El reto de la profesora era relatar lo que los historiadores conocen “sin enarbolar una bandera política, pero sin olvidar algo que a veces parece que también se nos olvida cuando hablamos de Historia, así con mayúsculas. O de grandes ideas o de grandes hechos. Que la Historia es una suma de historias, que son procesos, acontecimientos, decisiones... que afectan a personas de todo tipo. Y que incluso los grandes protagonistas, aquellos de los que nos sabemos los nombres, son personas también. Con sus errores, sus aciertos, sus miedos, sus alegrías, sus ilusiones... y que ellos no saben todo lo que pasa después. Que parece una tontería, pero no lo es. Porque nosotros lo sabemos y por eso mismo, tendemos a juzgar sus decisiones y sus acciones, no por su contexto sino por lo que sucede después”.
