Franco fue un dictador que no solamente legitimó la guerra civil para crear el franquismo, sino que “creo reyes”. Aunque el Rey de España está refrendado por la Constitución, los seguidores del franquismo, es decir el Partido Popular, jamás condenarán el régimen que le dio el ser, porque la monarquía obedece a una última voluntad del tirano, y les interesa justificar el franquismo. Condenarlo es tanto como aceptar la legalidad de la República, y ese planteamiento entra en contradicción con su adhesión inquebrantable a su esencia histórica. Nunca aceptarán que Juan Carlos I es rey por la Constitución de 1978, no por la herencia de Franco. Y el mismo Rey debía quitarse el manto de los prejuicios y los complejos, y aceptar el reconocimiento y la celebración y la existencia de la República española. Y dejaría sin argumentos a los franquistas envueltos y enmascarados como demócratas y constitucionales. Mientras los españoles no asumamos que le República fue tan legítima como la monarquía parlamentaria, no existirá la reconciliación. Napoleón asumió los logros revolucionarios de la República Francesa, aunque lleno de contradicciones, se hiciera coronar emperador…
sábado, 19 de marzo de 2011
80º ANIVERSARIO DE LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA
jueves, 10 de marzo de 2011
80º ANIVERSARIO DE LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA
Clara Campoamor. La mujer olvidada
En el año 1931, en España se proclama la Segunda República. En este contexto, las mujeres son elegibles pero no pueden votar. Clara Campoamor y Victoria Kent son las primeras mujeres diputadas que pisan las cortes y se plantean muy firmemente luchar por los derechos de la mujer. Clara Campoamor sabe que eso pasa por una primera y gran conquista: el voto femenino. A partir de este momento, su lucha no es nada fácil. Muy pronto encuentra su primer obstáculo: sus propios compañeros de partido, republicanos, de izquierdas, temen que las mujeres voten influenciadas por la iglesia y, por ello, a la derecha, así que le dan la espalda. Ese argumento se generaliza y hace que Clara Campoamor se vaya quedando sola en el parlamento en su defensa del sufragio universal. Después de una lucha constante, y después de múltiples traiciones, el 1 de diciembre de 1931, Campoamor consigue su objetivo: el voto para la mujer.