viernes, 10 de diciembre de 2010

LA III REPÚBLICA

Comparto el debate de aquellos españoles que han propuesto el embrión de la ponencia, de la tercera experiencia republicana de España. No comparto el análisis apocalíptico de la situación de nuestra monarquía parlamentaria, como la culpable de todos nuestros males. Sólo hay un planteamiento de peso para reclamar el advenimiento de la III República. Sería la restauración jurídica de la II República, única forma de restablecer la legalidad quebrantada por el golpe militar del general Franco. La instauración de la monarquía en España, después de la dictadura, no tiene base jurídica. Los Padres de la Constitución aceptaron sin base legal, y sin contar con el pueblo, implantar en la Jefatura del Estado, a un miembro de la familia de los Borbones. No obstante, salvada este fraude de ley, que trajo la Transición en lugar de la ruptura democrática, hay que hacer una lectura detallada de la Constitución de la República de 1931 y la Constitución Española de 1978. No hay duda que los valores republicanos están presentes en ambas. Ahora bien, si las pretensiones son traer una República del proletariado, cuando no fue objetivo de la II República, la desconexión con el mundo que nos rodea sería patente. Yo veo que en los planteamientos republicanos que se afanan por volver a un régimen republicano, tiene mucho de sentimentalismo y romanticismo, pero hay que ser pragmáticos, el tener un Jefe de Estado, no electo, es un mal menor, siendo nuestra Constitución una de las más avanzadas del mundo. Y por último, no es serio afirmar que: “La salida progresista de la crisis depende del avance de las fuerzas republicanas”. No, quizás se quiso decir que: “Saldremos de la crisis con aquellas fuerzas de izquierdas que garanticen el Estado del Bienestar, con un desarrollo y productividad sostenidos”.
Pedro Taracena Gil

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