TRES SECUENCIAS Y UNA REFLEXIÓN DE LA MENDICIDAD
EN EL SIGO XXI
Por Pedro Taracena Gil
El absurdo que podía ser una parodia
1ª Secuencia
Puertas de una gran superficie, pongamos que
hablamos de Al Campo:
Una señora mayor enlutada a veces con una pierna
vendada.
¡Échame una mano por favor!
Su presencia en esta entrada es muy frecuente. A
veces hay una bolsa a sus pies con algún producto de alimentación. Parece ser
que pide dinero, de otro modo solicitaría comida directamente. Sería diferente
si se situara en la puerta de una iglesia.
2ª Secuencia
Interior de un banco, pongamos que hablamos de
CaixaBank no muy lejos de Al Campo:
En su interior como una clienta más, esta señora
espera su turno para ser atendida. Es una incógnita asociar con cierta lógica,
que una mendiga de la puerta de grandes almacenes, se vea en la cola para ser
atendida en la caja de un banco…
3ª Secuencia
En la esplanada de esta gran superficie previa a
la entrada, la mencionada señora se rodea de mujeres, hombres y algún niño.
Discuten en voz alta en torno a ella asuntos de índole familiar. Su matriarcado
parece que es patente por la improvisada reunión tribal.
Cerca de esta gran superficie comercial, se
encuentran unos bloques de viviendas, donde se alojan en su mayor parte
familias venidas de chabolas. Cuyo estatus económico no parece que haya
mejorado. Al menos contemplando su adicción a la limosna.
La reflexión
Quizás se trate de una mujer que desde niña le
enseñaron a mendigar y de hecho no haya desarrollado otra actividad en su vida.
No seré yo quien haga una valoración fácil e
irresponsable de estas secuencias. Pero lo que sí me atrevo a denunciar es que
es el Estado el responsable de que sus ciudadanos, todos, seamos felices y no
por la mendicidad…
¿Demagogia
o cumplimiento de la DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS de 1948?
https://www.un.org/es/documents/udhr/UDHR_booklet_SP_web.pdf
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