HEMEROTECA VIVA
Bochornosa y humillante situación del Jefe del Estado de un pais aconfesional
Señor:
Con el debido respeto reconociéndole el papel que la Constitución le otorga como Jefe del Estado, he de
decirle que el comienzo de su reinado es mera continuidad en las formas de su
predecesor. No voy a plantear la legitimidad de los Borbones ahora, pero sí los aspectos anacrónicos de la institución monárquica. Una institución sagrada ancestralmente considerada de origen divino,
donde el monarca tiene los privilegios de una deidad, como es la inviolabilidad
de su persona, es un planteamiento rechazado por la razón. Sobre todo en el siglo XXI.
Otro aspecto es la distancia que siempre ha tenido esta institución con el pueblo. Aunque no ha existido
en palacio una corte formal, el séquito real se ha hecho visible. De las compañías oficiosas del anterior Rey ya se
ocupa de ello la prensa. Importante es observar las compañías que ha tenido y que ahora usted
heredará. En el pasado han
tomado parte del cortejo real, los empresarios, los banqueros, los militares y
la Iglesia. El mundo de los intelectuales, científicos, gentes de la cultura, la música… solamente se le ha visto al Rey en
los estrictos protocolos establecidos por el Estado. En el mundo exterior ha
mantenido estrecha relación con el mundo
iberoamericano por imperativo constitucional. La relación que ha mantenido con los países árabes, atribuyendo todo el mérito de los
negocios emprendidos por empresas españoles exclusivamente al Rey, de ser verdad, delataría la ineficacia y falta de solvencia de
los gobiernos de turno. En su despedida han asistido los políticos y los empresarios. El pueblo ha
estado al margen.
A su llegada al trono entre imprevista y precipitada, los españoles le han dado un voto de confianza.
Hemos sido testigos de su alta formación y optima cualificación. Pero pongo en duda que le hayan educado para captar
la situación actual del pueblo
español. Los personajes que
han gestionado la vida pública de la
Familia Real, hasta ahora, han sido personas que han fomentado la
opacidad y la desconexión con la realidad española. Es posible que el Rey de España esté muy bien informado de la
actualidad entre bastidores, pero el puente de la Corona con el pueblo no ha
existido. El Rey no entiende de política pero creo que debe de entender de humanismo y si es
árbitro, alguna vez
debería pitar falta al
Gobierno, sacarle tarjeta amarilla o roja. Utilizo un ejemplo del pasado,
cuando el Gobierno metió a España en la guerra de Irak, los españoles masivamente gritamos en la calle
¡No a la guerra! Pero el Rey de España enmudeció y no por mandato constitucional.
Muchos españoles percibimos que el
Gobierno del Partido Popular no es la mejor opción para abordar la criminal crisis que nos afecta y
tampoco para apoyar al nuevo Rey de España. No obstante, espero que usted se rodee de asesores
honrados y no de aduladores inútiles. El tema de la legitimidad de su reinado fue gestionado de muy
malas artes el mismo día de su proclamación. Mientras se sembraba de banderas
constitucionales todo Madrid, se prohibía la exhibición de todos los signos y emblemas de la República, reprimiendo con dureza y
apresando a los quebrantadores de esta norma. ¿Por qué se tomó tal decisión? Porque que había que evitar enfrentamientos entre
rivales como sucede entre los hinchas de los partidos de fútbol…
Cuanto más se reprima las
exhibiciones republicanas, mayor será la exigencia de un referéndum para legitimar la
monarquía. Los cientos de
manifestaciones con reivindicaciones de todo tipo están presididas por muchas banderas
republicanas.
Su discurso en nada varió del discurso de su padre el rey Juan Carlos. El rey ya abdicado aceptó la legalidad vigente en su momento y
usted ha admitido la Constitución inamovible, cerrando el camino a las otras realidades nacionales,
omitiendo siempre la legitimidad de la República y reafirmando la dudosa legitimidad de su
reinado. Por muchas adulaciones que escuche en su entorno, conecte con el
pueblo, con el mundo del trabajo y con los que sufren. No se apoye en su
Gobierno porque es el enemigo del pueblo… Usted ha recibido con acierto a las
asociaciones de víctimas del terrorismo. Recoja el reto moral de recibir, también, a las
víctimas del franquismo, aunque con cuatro décadas de retraso…. Todo esto no es demagogia, es realidad,
su esposa la Reina lo sabe muy bien.
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