domingo, 8 de julio de 2018

FELIPE VI EL REY TÍTERE





LOS 7 PECADOS CAPITALES 
DE MI QUERIDA ESPAÑA

1.      Franco protagonizó el golpe de estado que derrocó la República. Generalísimo Invicto es exaltado a la Jefatura del Estado como Caudillo de España por la Gracia de Dios.
2.    Franco implantó una dictadura e instauró una monarquía dictando como sucesor al ilegítimo heredero Juan Carlos de Borbón.
3.    Franco falleció en su lecho encharcado de sangre de sus propios crímenes. Las Cortes Franquistas y el Consejo de Regencia coronaron a Juan Carlos I. Obligado a jurar los Principios del Movimiento Nacional.
4.    Las mismas Cortes de Franco decretaron y promulgaron la Ley de la Amnistía, dejando impune el Genocidio.
5.     El Presidente del Gobierno Adolfo Suárez convocó un referéndum con una doble intención. Que el pueblo abrazase la Democracia y en el mismo paquete que aceptase  la Monarquía. Temiendo perder una consulta para decidir entre Monarquía o República. Esta doble cuestión es impensable formular en una misma pregunta en cualquier país serio.
6.    La Constitución Española de 1978 fue tutelada por la Oligarquía económica, el Oligopolio energético, el Ejército, la Iglesia y los Caciques. Los mismos que apoyaron el golpe contra la República y administraron España como si de un botín de guerra se tratara.

7.     Los gobiernos de izquierdas han perdido la oportunidad que les ha brindado su mayoría absoluta, de condenar el franquismo, sus pompas y sus obras. Sin denunciar el preconstitucional Acuerdo con la Santa Sede. Y los gobiernos de derechas han fosilizado todos y cada unos de los derechos de los españoles. Legislando con leyes que han provocado crímenes legales. El testamento de Franco de que ESPAÑA ES UNA GRANDE Y LIBRE, les ha llevado a unos y a otros a masacrar al pueblo catalán con el violento y forzoso artículo 155, humillando al pueblo catalán nombrando como virreina Soraya Sáez de Santamaría.

EL REY TÍTERE

Lo confieso: aunque muy remota, albergaba una diminuta esperanza de que Felipe VI impidiera la renovación del Ducado de Franco. No soy un ingenuo y sabía que, caso de hacerlo, no tomaría esa decisión por convicción democrática. Es obvio que tampoco fue la honestidad la que le empujó a retirar a su hermana y a su cuñado el título de Duques de Palma. Si en aquel momento le hubiera movido ese noble fin, no se habrían producido, paralelamente y entre bambalinas, las extrañas maniobras que llevaron al juez del caso Nóos a asegurar que durante todo el proceso judicial había habido un trato de favor “del sistema y otras instituciones, (…) no de los tribunales” hacia la Infanta Cristina. 
Felipe VI no actuó por ética, sino por estética. Esa estética que él tanto cuida y que atormenta a su reina es la que me llevó a pensar que quizás, quizás, la nietísima del sangriento dictador podría no llegar a ser duquesa. Lo tenía muy fácil. Haber anulado el Ducado le habría valido el aplauso entusiasta de más de media España, la comprensión o al menos la indiferencia de la mayor parte del resto y el rechazo de una minoría muy minoritaria de ultraderechistas. Un coste despreciable para un acto lógico y justo que le habría reportado un importante rédito, a nivel de prestigio democrático, nacional e internacional.
 

 FELIPE VI SE ALISTA EN EL BANDO DE LOS GANADORES


ÁLBUM DE LA ALIANZA TRONO-ALTAR 
Y EL MARIDAJE IGLESIA ESTADO























No hay comentarios:

Publicar un comentario