Señor Felipe de Borbón:
Usted
debe saber que el himno que precede a sus discursos es el mismo himno que
sonaba cuando aparecía solemnemente en público un asesino en serie que se hacía
llamar Caudillo de España por la Gracia de Dios, de trágica memoria.
Usted
debe saber que muchos militares -que tuvimos la desgracia de vivir en las
entrañas de La Bestia, en los años del terror franquista- nunca olvidaremos
aquellos acordes siniestros; algunos de nosotros siendo jóvenes guardiamarinas,
cadetes, suboficiales u oficiales de las Fuerzas Armadas, pero también
militares de tropa y marinería, siempre humillados y maltratados por su origen
humilde.
Usted
debe saber que su bandera bicolor – la de los golpistas- y su ley de “punto final”,
disfrazada de ley de amnistía, son el nudo gordiano del que pende su corona. Un
nudo “atado y bien atado”, que más pronto que tarde deberá ser cortado de un
solo tajo, como cantaba Lluís Llach en L’Estaca.
Usted
debe saber que con su discurso ha tratado de poner sordina a la ley de Memoria
histórica, en línea con la antidemocrática Fundación Francisco Franco,
subvencionada con dinero público. Es decir, también con el dinero de los
impuestos de las víctimas del franquismo. Dinero que va a parar de ese modo a
las arcas de los que enaltecen una guerra de exterminio -auspiciada por su
bisabuelo- e intentan impedir que se cumpla la ley de Memoria. Una dictadura
culpable de decenas de miles de asesinados y desaparecidos.
Usted
debe saber que la querella argentina, que instruye
la insobornable Juez Servini, lo hace en nombre del principio de Justicia
Universal, entorpeciéndola usted con su discurso.
Usted
debe saber que se le ha visto el plumero, pues ha tomado partido descaradamente
por los suyos, por una derecha franquista. ¡Nada de Memoria democrática, que
abre las heridas! Y lo dice así, con un par. Y por si no quedase claro añade
que “cicatrizadas”. ¿Cómo que cicatrizadas, si solo quedan sus venerables
huesos? ¿Cómo que olvidemos a nuestros familiares asesinados, fusilados o
arrojados con un tiro en la nuca a fosas comunes y cunetas? Aquí no cicatrizó
nada, fue el silencio de los corderos impuesto por el terror de sus tanques.
Usted
debe saber que estamos decididos a transmitir nuestro espanto a las siguientes
generaciones, para que nunca vuelva a suceder. No aceptamos la desmemoria que
usted pretende imponer desde la pretendida autoridad moral que le otorga su
constitución tramposa. Por eso el pueblo llano dice sabiamente: Lo llaman
democracia y no lo es.
Usted
debe saber que su discurso para-franquista no va a conseguir amedrentar a
ningún ciudadano consciente de sus derechos, ni tampoco nos vamos a tragar un
discurso de ese pelaje, por muy aliñado que esté con trucos de marketing.
Usted
debe de saber que siendo jefe del Estado español y de sus Fuerzas Armadas no
puede ni debe permanecer mudo ante las declaraciones de algunos de sus
generales, que intentan intimidar al pueblo y a las asociaciones
de militares demócratas con sus bravatas.
Usted
debe saber que tampoco puede ni debe permanecer mudo ante la expulsión del
Ejército del Teniente Luis Gonzalo Segura.
Nuestro compañero Luis, un valeroso Oficial que sigue denunciando valientemente
la cloaca de corrupción que mana sin cesar de los cuarteles. Una cloaca que nos
está ahogando en mierda y nos avergüenza a todos.
Usted
debe saber que, confirmada la expulsión del Teniente Segura por la Sala V de lo
militar del Tribunal Supremo, nuestro compañero iniciará una larga marcha hacia
otras instancias europeas, en busca de la Justicia que no encuentra en esta
España post-franquista. No irá solo, tendrá detrás a muchos militares
demócratas que apoyaremos su causa a donde vaya.
Por
último, usted debe de saber que su discurso, lleno de banalidades y -sobre
todo- de amenazas veladas no solo contra las leyes de Memoria, sino contra el
derecho de los pueblos a decidir libremente su futuro, conduce a poner sobre el
tablero el debate entre monarquía y república, ya insoslayable.
Manuel Ruiz Robles es Capitán de Navío de la Armada, coordinador del colectivo Anemoi
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