Nueva carta a
la ciudadanía.
Mi esposa y yo hemos tenido conocimiento hoy mismo, a través de los medios de comunicación, de la citación a Begoña como investigada el próximo día 5 de julio.
Esta decisión
se anuncia sólo cinco días antes de que se celebren elecciones al Parlamento
Europeo, lo cual resulta extraño. Habitualmente, se ha seguido la regla no
escrita de no dictar resoluciones susceptibles de condicionar el desarrollo
normal de una campaña electoral y, por tanto, el voto de los ciudadanos. En
este caso, resulta evidente que esta práctica no se ha respetado.
Dejo al lector
extraer sus propias conclusiones.
Quisiera
trasladarle que ambos estamos absolutamente tranquilos. No hay nada detrás de
esta acusación, sólo un zafio montaje impulsado por las asociaciones
ultraderechistas demandantes.
Con todo, hay
una lectura política que me veo en la obligación de compartir con usted.
Como ya
recordará, en mi anterior carta denuncié la deriva de una coalición
reaccionaria capitaneada por el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal –o por el Sr.
Abascal y el Sr. Feijóo, tanto monta monta tanto–, para usar todos los medios a
su alcance con el fin de quebrarme en el plano político y personal. Su objetivo
es que yo renuncie, que dimita. Incluso, como supimos ayer, tratar de forzar mi
salida de la Presidencia del Gobierno con una moción de censura mediante una
alianza contra natura. Todo les vale.
Lo que no
lograron en las urnas, pretenden alcanzarlo de manera espuria.
También sabía
que, conforme aumentara la frustración y la impotencia de esta coalición
reaccionaria, el ritmo de la máquina del fango no iba a parar, sino a
acelerarse. Ante esta certeza, me pregunté si merecía la pena o no continuar en
el ejercicio de mis responsabilidades.
Quiero decirle
que mi decisión de continuar al frente de la Presidencia del Gobierno es más
firme que nunca. Que la tarea que tiene el Gobierno de coalición progresista es
más necesaria que nunca.
Nuestro
horizonte permanece inalterable: consolidar la pujanza del crecimiento
económico y la creación de empleo, como hoy acabamos de conocer, redistribuir
los frutos de ese crecimiento entre la clase media y los trabajadores para
luchar contra la mayor de las injusticias, que es la desigualdad; regenerar la
vida democrática reivindicando el juego limpio por encima del fango que algunos
pretenden esparcir, avanzar en derechos y en libertades sin dar un paso atrás;
y contribuir a la paz en el mundo, con especial atención a Ucrania y Palestina.
Estos próximos
días, usted será testigo de una cuidada coreografía diseñada por la coalición
ultraderechista para intentar condicionar las elecciones y debilitar al
Gobierno.
Begoña y yo
sabemos perfectamente por qué la atacan. Ninguno de los dos somos ingenuos. Lo
hacen porque es mi pareja.
Ella es una
mujer trabajadora y honesta que reivindica su derecho a trabajar sin renunciar
a ello por las responsabilidades de su marido. Derecho que yo defiendo en mi
vida familiar y por el que trabajo como presidente del Gobierno de España para
garantizar que hombres y mujeres tengamos las mismas oportunidades y los mismos
derechos.
Estos días
leerá y escuchará usted mucho ruido y aún más furia en tabloides digitales
nacidos para propagar bulos, en platós de tertulias televisivas y radiofónicas
al servicio de amplificar esa desinformación, y en tribunas donde se rasgarán
las vestiduras el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal. Todo, mentira. Un gran bulo. Uno
más. En lo que respecta a mí, no le quepa duda de que no me quebrarán.
Y, dado que
tratan de interferir en el resultado electoral del próximo día 9 de junio,
ojalá sus promotores –el Sr. Feijóo y el Sr. Abascal–, encuentren la respuesta
que merecen en las urnas: condena y rechazo a sus malas artes.
Quedan unos
días de ruido antes de las elecciones y unos pocos más antes del verano. Pero
también quedan más de tres años de Gobierno, de progreso y de avances. Nueva
carta a la ciudadanía. Mi esposa y yo hemos tenido conocimiento hoy mismo, a
través de los medios de comunicación, de la citación a Begoña como investigada
el próximo día 5 de julio.
Pedro Sánchez
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