miércoles, 10 de marzo de 2010

LA ENSALADERA REPUBLICANA

Ante la fecha del 14 de Abril, día de la proclamación de la II República, me asalta un interrogante. Me pregunto el porqué el periodo republicano está desterrado de todos los calendarios oficiales de efemérides históricas y políticas. La legalidad de la Constitución de la República es idéntica a la Constitución actual. Ha sido el pueblo español, en ambos casos, quien ha refrendado la forma de Estado. La legalidad del Rey de España, se debe a la Carta Magna que los españoles consensuamos en 1978. La Corona no fue restaurada por una dictadura, sino por una democracia. No por las Leyes Fundamentales de Franco, sino por la Constitución. Es verdad que cuando el Rey de España sancionó la Constitución Española, se puso la piedra angular de la reconciliación entre los españoles. Pero no faltamos a la verdad, si decimos que muchos españoles, sin renunciar a su vocación republicana, se adentraron a colaborar y hacer suya la nueva democracia coronada, que todos nos habíamos dado. Borrar de la Historia de España casi dos lustros republicanos, es negar el periodo más progresista, democrático y humano, de las cuatro décadas siguientes. La II República se prolongó hasta el 31 de Marzo de 1939, toma definitiva de Madrid por las tropas franquistas. Pero de aquellos insignes personajes que programaron la reforma agraria, la abolición de la pena de muerte, el voto femenino, los estatutos de autonomía, la educación pública, ni rastro de ninguno de ellos. Los últimos Jefes de Estado tienen esculturas, el rey Alfonso XIII, el general Francisco Franco y Juan Carlos I. Pero los presidentes de la República Española, apenas y a duras penas vienen reseñados en los libros de Ciencias Sociales. Si los republicanos de ahora han abrazado la actual monarquía, es de justicia que la monarquía, tuviera algún gesto de reconocimiento, recordando un periodo democrático de nuestro pueblo. Tan España y tan democrática fue la II República, como el actual Reino de España. La soberanía del pueblo ha sustentado ambos hitos históricos. En nada quedaría mermada la legitimidad del Rey, si extrajera de la amnesia histórica, la memoria republicana. Por todo ello, no acierto a comprender porqué es contrario y antagónico a la institución monárquica, rendir homenaje histórico a mujeres y hombres que dentro de la opción republicana, dejaron huella imborrable y sirvieron de ejemplo al mundo de aquella época. Una ensaladera de loza con la bandera y alegoría republicana, escondida durante la dictadura en la alacena de un pueblo de Castilla, pende de los muros de la casa de mi familia. Al lado, en la misma pared, se encuentra un cuadro de los Reyes de España, con sendos autógrafos. Yo lo he considerado como una forma nimia de unir dos épocas separadas por una guerra fratricida y un régimen despótico. Es un humilde homenaje a la ignorada II República Española. Teniendo en cuenta, según la Constitución que: “De los actos del Rey serán responsables las personas que los refrenden”. “El Presidente del Gobierno y los Ministros competentes”. Con estas premisas, si el Rey está amordazado por el Gobierno de turno, como el actual, esta parte de la Historia seguirá mutilada, censurada y olvidada.

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