EL PARTIDO COMUNISTA FRANCÉS RINDE HOMENAJE A LAS BRIGADAS INERNACIONALES
En la fachada de la sede del
Partido Comunista en París, una placa recuerda a los miles de voluntarios
franceses y extranjeros que pasaron por allí para enrolarse en las Brigadas
Internacionales “con el fin de ayudar a la república española, víctima de un golpe
de Estado del general Franco, sostenido por Hitler y Mussolini”. Este fue,
según recuerda la placa, “el primer acto de resistencia internacional contra el
fascismo”.
Por Isidoro Gracia
Exdiputado
Los faraones tenían por
costumbre hacer borrar de obeliscos y templos los nombres de sus antecesores
menos apreciados, muchos de ellos sufrieron la misma suerte por sus sucesores.
Aprovechando cualquier
circunstancia, como por ejemplo el aniversario de la II
República, algunos dirigentes políticos, en un intento de cambiar a su gusto la
historia, eliminan las referencias de otras épocas, incluso a
distancia de siglos, en nombres de calles, edificios, salones, incluso de fiestas
y efemérides bien arraigadas en el acervo popular, o escondiendo estatuas y obras
más o menos artísticas, sin darse cuenta del inmenso error que cometen, cuando
pasan la línea roja de la sensatez.
Para comenzar, grave e inútil
error cultural, ni los faraones evitaron que se recuperara, incluso miles
de años después, la memoria de aquellos de que quisieron eliminar el recuerdo.
Tampoco Stalin haciendo borrar de las fotos y libros a los que iba
purgando, u ordenando su eliminación física, evitó que hoy sepamos que muchos
de ellos hicieron muy importantes aportaciones a la revolución que les sirvió
para encaramarse al poder. Ni los nazis reescribiendo los libros de historia, o
quemando masivamente todos aquellos que les disgustaban, y destruyendo las
pinturas y objetos de arte "degenerados", consiguieron imponer
"su ortodoxia" al futuro.
Siguiendo con antecedentes que
traen consecuencias hoy, esa filosofía condiciona errores de valoración
política que pueden conducir a graves conflictos. Un ejemplo bien próximo: un
alto dirigente de las nuevas fuerzas políticas, al ignorar que Cataluña no
paso de ser un principado, no muy importante, del reino de Aragón, y que sus
condes pasaron de vasallos del rey de Francia, al de Aragón, y nunca
independientes, además de agraviar al territorio que hoy le ha
elegido como representante, contribuye a alimentar conflictos que llegaron a enfrentamientos,
como los 6 ó 7 que condujeron incluso a guerras entre conciudadanos.
Pero sobre todo error de
injusticia con la memoria de unos dirigentes de esa República que predicaron
con el ejemplo de respetar democráticamente la historia anterior a ellos. Las
decisiones de esos dirigentes, intentaron preservar el patrimonio de todos, aun
cuando eso sí dando acceso al pueblo llano, no es muy conocido pero incluso
cuando expropiaron parte de los monasterios, templos y seminarios, éstos
quedaban a disposición de la Iglesia (otro tema fueron los excesos de algunas
fuerzas y grupos), lo que sí eliminaron fue el culto y clero de estado. Para
enseñar historia ni se derribaron estatuas, ni se incautó el arte (algo sí se
mando a los museos) ni se reescribió la historia, al contrario, en los libros,
que por primera vez intentaban que llegaran a todos, quedaba bien
claro el papel que cada personaje jugó en la historia de la España que ellos
querían.
Los personajes como Felipe V,
Fernando VII, la reina Regente, y demás existieron y conviene que se recuerde
lo que hicieron, a ser posible todo lo que hicieron. Y sí, la II Republica fue
derrocada mediante un golpe de Estado y una cruenta guerra entre conciudadanos,
y hubo 40 años de una dictadura encabezada por Franco, y es más que
conveniente que no se pierda la memoria, a ser posible de nada. Igual que es
imprescindible recordar que en los ya 38 de Democracia han jugado un
papel relevante figuras y dirigentes, que nos pueden gustar más o menos, pero
son papeles que no tenemos derecho a ignorar, y sí obligación de trasmitir a
nuestros herederos, sin olvidar nada de lo importante.
Es posible que la Ley de
Memoria Histórica sea algo pacata y corta, pero es democrática y hay que
cumplirla, pero las fiebres adanitas que intentan apropiarse sólo de una parte
de esa memoria y desbordarla con excesos, no conducen a nada inteligente.
Cuando algunos de los actuales dirigentes tomen decisiones para recuperar
“su memoria” debe valorar los problemas que surgen cuando entra esa fiebre de
eliminar, olvidar e intentar dar marcha atrás, porque es inútil, e incluso
peligroso, como lo demuestran los antecedentes citados al principio.
Otro problema añadido será cuando otros convecinos también quieran recuperar
"lo suyo".
Como buen republicano mi
posición es intentar recuperar "lo nuestro" y eso marca límites.
ÁLBUM DE LA VERGÜENZA
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