Pero España, a diferencia de Alemania respecto del nazismo, sigue sin juzgar la apología del franquismo tras 40 años de democracia. “El código penal alemán tipifica la apología del nazismo como un delito, algo que no sucede en el caso español”, explica a VICE News Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia.
Cada una de las miles de calles bautizadas con nombres de generales, capitanes o coroneles franquistas hacen, diariamente, apología del régimen dictatorial y criminal que gobernó España durante casi cuatro décadas. Cada una de las banderas franquistas exhibidas en manifestaciones como la que blandieron miembros de la Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios, a finales del pasado mes de mayo en Barcelona, ensalzan una ideología responsable de la muerte y desaparición de cientos de miles de personas.
Muchos grupos de ideología franquista, pero
incluso ayuntamientos democráticos como el del pueblo toledano de Guadamur, que
esta primavera proyectó imágenes de Franco en la fachada de su castillo,
exaltan la represión política que pisoteó con impunidad los derechos humanos de
los españoles que no comulgaban con un régimen ilegal y genocida.
Pero España, a diferencia de
Alemania respecto del nazismo, sigue sin juzgar la apología del franquismo tras
40 años de democracia. “El código penal alemán tipifica la apología del nazismo
como un delito, algo que no sucede en el caso español”, explica a VICE News
Esteban Ibarra, presidente del Movimiento contra la Intolerancia.
De acuerdo con Carlos Slepoy, experto en Derecho
Penal Internacional y representante de un grupo de querellantes en el proceso judicial que la magistrada argentina María Servini de
Cubría inició contra el franquismo y algunos de sus exaltos cargos, la
diferencia es que “el franquismo no fue derrotado y que, hasta hoy, ningún
tribunal lo ha condenado por crímenes de guerra o de lesa humanidad” como
sucedió en el caso del nazismo.
El Tribunal de Nuremberg — que condenó a la horca
y a cadena perpetua a altos cargos del III Reich — probó, explica Ibarra, que
el régimen liderado por Adolf Hitler se sustentaba en una ideología racista y
supremacista”.
Su inclusión como delito en el código penal
alemán se ampara en esta sentencia, explica el presidente del Movimiento contra
la Intolerancia. Para que en España pasara algo similar y teniendo en cuenta la
inacción del sistema judicial español al respecto “sería necesario que el
Tribunal Penal Internacional, un tribunal ad hoc como el que juzgó el genocidio
de Ruanda o el tribunal de cualquier país amparándose en la justicia
internacional condenara el franquismo y a sus responsables por crímenes
imprescriptibles — como lo son los crímenes de guerra, contra la paz o de lesa
humanidad —, precisa Ibarra.
Slepoy considera que un fallo
como el descrito por Ibarra allanaría el camino para penar cualquier
manifestación de apología del régimen dictatorial. Si el franquismo es
considerado como una ideología criminal que incita al odio, su enaltecimiento
también lo sería.
El letrado sostiene, sin embargo, que si hubiera
voluntad política también podría incorporarse el ensalzamiento del franquismo
como delito en el código penal sin necesidad de que hubiera jurisprudencia en
la materia. En este sentido, se refiere a la tipificación de enaltecimiento al
terrorismo que sí recoge de forma explícita este conjunto de normas punitivas.
Con todo, Slepoy opina que nada de esto ha sido
posible “debido al hecho de que todavía hay jueces de la Audiencia Nacional y
del Tribunal Supremo que simpatizan con esta ideología y políticos herederos
del franquismo” que ponen trabas a la justicia internacional.
Lo cierto es que, recientemente, el ejecutivo del
PP se negó a extraditar a Argentina a parte de los 19 investigados por torturas
y homicidios en la causa que instruye Servini contra el franquismo pese a las instancias de la ONU para que el gobierno español accediera
a la petición de la magistrada. Tampoco sirvió de nada la instrucción que envió
la jueza al Ministerio de Justicia del gobierno popular para interrogarlos en
España el pasado mes de abril.
El ejecutivo mantuvo que la ley
otorga a España la competencia para enjuiciar a sus propios ciudadanos, que la
materia investigada había prescrito y que buena parte de los supuestos delitos
penales no eran considerados como tales cuando se llevaron a cabo. Así y con el
amparo en la Ley de Amnistía de 1977 el gobierno ha conseguido hasta
ahora evitar la reapertura de cualquier debate relativo al franquismo, aunque
lo cierto es que dicha legislación vulnera todos los tratados internacionales
en materia de derechos humanos suscritos por España.
“Si ni siquiera se permite juzgar a los
responsables, condenar el enaltecimiento de la ideología franquista parece aún
más improbable”, lamenta el letrado. No le falta razón a Slepoy. En octubre de
2013, el PP rechazó incluir la apología del franquismo como delito
en la reforma del código penal impulsada por el entonces ministro de Justicia
Alberto Ruiz Gallardón.
https://news.vice.com/es/article/espana-no-juzga-apologia-franquismo
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