LA PANDEMIA EL CONFINAMIENTO Y SUS CONSECUENCIAS
“El poder de los sin poder” es el libro pragmático de Václav Havel: una serie de ensayos políticos en los que su autor sostiene que el mundo dominado por la técnica debe evolucionar hacia otro en el que una «revolución existencial» dote de un contenido auténticamente humano a las nuevas estructuras políticas y sociales.
Pedro Taracena Gil
Diagnóstico
Declaración
de Pandemia bajo la denominación de COVI19
Olas: 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª y no
renunciaremos a la 6ª.
Pánico,
desorientación, confinamiento, tempestad “Filomena”.
Llegada
de las vacunas. Y vacunación masiva.
Residencias de Mayores: contagio,
aislamiento, abandono, ausencia de asistencia médica, enfermedad, soledad y
muerte.
Frustración
traumática de los familiares ante un Palacio del Hielo convertido en una
escandalosa tercermundista Morgue.
La
salud y la economía han mantenido una gigantesca farsa. Han
pretendido salvar la hostelería y han pretendido salvar al mismo tiempo los
hospitales.
La
ciudadanía ha sacado del baúl lleno de valores de consumo, lo
peor que había conservado hasta este momento, y ha dado prioridad a las fiestas
clandestinas, los botellones, los viajes de menores de final de curso, las
terrazas, los pisos ilegales para albergar al turismo barato de sol y
borrachera. Han asaltado la libertad que creían arrebatada.
Ya
no importa el cinismo y la hipocresía de los busto-parlantes de los
medios de comunicación que, al servicio del ilegítimo Régimen del 78, han
apuntalado la refriega política y jurídica al servicio del caos. Sin soluciones
para acotar de alguna manera la sangría de vidas en este país, Todos los
contendientes de los Poderes del Estado y el Tribunal Constitucional, ha
demostrado total frivolidad.
El
aparato del Estado con todo el boato cínico de que es capaz, rinde homenaje a
las víctimas justificando que no se podía hacer más… Farsa colosal. Y
esta sociedad producto de la Sociedad de Consumo, no ha tenido un
comportamiento a la altura del drama que se estaba viviendo. Los medios han
sido muy blanditos retrasmitiendo auténticos aquelarres alcohólicos,
rematados por fallos judiciales ajenos a la tragedia que estamos viviendo.
En
España vivimos un auténtico esperpento. Los hospitales saturados,
testigos de la muerte de sanitarios y enfermos por falta de medios. Mientras
los trabajadores de los hospitales morían exhaustos, la frivolidad de la
hostelería luchaba contra el confinamiento, el toque de queda y trataba de burlar de las
normas.
Las
llamadas olas, vamos por la 5ª, son una mentira encubriendo de
una verdad científica. La verdad científica son las raíces, pero los
rebrotes de infección son motivados por el compartimento de los ciudadanos. En
esto como en todo, los medios de comunicación están al servicio de quienes les
pagan, que no es el quiosco precisamente. La sociedad de consumo ha creado consumidores
irracionales al servicio del proceso económico de unos pocos. Y se han servido
de los impostores del periodismo. Corruptores del artículo 20 de la
Constitución.
Cuando
hablamos del comportamiento en general de los españoles frente a la pandemia,
es preciso remarcar los valores cualitativos y cuantitativos. Porque sería muy
simple decir que no todos han practicado tal o cual virtud y no todos son ciudadanos
corrompidos por el consumo y la insolidaridad.
¿Qué
estamos aprendiendo?
En
nuestro comportamiento individual, Nada.
Y me gustaría estar en un error y que alguien
me sacara de él…
Vivimos
en la mentira cómodamente…
Estas dos imágenes nos escandalizan más que los crímenes legales cometidos contra los mayores en la sangrientas residencias de ancianos.
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