𝙼𝚊𝚍𝚛𝚒𝚢𝚞𝚜𝚘, 𝟻 𝚍𝚎 𝚖𝚊𝚢𝚘, 𝚎𝚗é𝚜𝚒𝚖𝚘 𝚊ñ𝚘 𝚝𝚛𝚒𝚞𝚗𝚏𝚊𝚕
*𝙰𝚛𝚝í𝚌𝚞𝚕𝚘 𝚍𝚎 𝙲𝚘𝚕𝚎𝚌𝚝𝚒𝚟𝚘 𝙿𝚞𝚎𝚗𝚝𝚎 𝙼𝚊𝚍𝚎𝚛𝚊
En
su ausencia, los periodistas fueron saludados por la nueva Directora General de
Instrucción Patriótica, la arquitecta Rocío Monasterio de Loft. Monasterio de
Loft acompañó a los periodistas al interior del Instituto con estas palabras:
“señoras, señores, esbirros activistas del comunismo disfrazados de
informadores, tengo el placer de presentarles el modelo educativo con el que
Vox hará grande a España otra vez; acompáñenme…”.
La
Directo-Arquitecta entró al centro, cuya puerta estaba guardada por dos
soldados del carlismo reaccionario del siglo XIX, pero armados con Cetmes con
balas del siglo XX, que presentaron armas.
Aquí,
a mi derecha, tenemos el edificio principal, en el que nos ocupamos de que los
niños españoles se preparen para el mundo del siglo XXI repitiendo de memoria
la lista de los reyes godos, el número de remiendos de los calzones del Cid,
cuántos puntos de sutura cubrían el cuerpo de Blas de Lezo y, por supuesto y
como bien apuntó nuestro líder, Don Santiago, todas las innumerables razones
por las que el gobierno del general Francisco Franco era mejor que el gobierno
de la democracia actual.
Perdone,
ilustrísima-se atrevió a preguntar un plumilla- ¿hay niños inmigrantes en este
instituto?
Monasterio
fulminó con la mirada al periodista.
Por
supuesto, los tenemos integrados, pero en otros edificios diferentes, rodeados
de alambradas. Vean ese primero-dijo señalando a un cobertizo destartalado-,
ahí dentro les enseñamos los rudimentos de carpintería necesarios para la
construcción de pateras… como imaginan ustedes, apreciamos mucho a toda esa
gente, porque sin manipular su sufrimiento, sin ellos, ¿Dónde estaríamos
nosotros?
¿Podemos
entrevistarlos, ilustrísima?
De
ninguna manera-replicó de Loft-, ahora mismo están haciendo prácticas de
trabajo sin contrato. Son muy peligrosos.
¿Y
aquel otro edificio tan bonito, vuecencia?
Ese
es una monada, lo habría diseñado yo misma si tuviera alguna idea de cómo se
hace- contestó sonriendo la lideresa-. Ese es una especie de Casa-Cuna: en ella
criamos niños de Bangladesh y los convertimos en menores marroquíes no
acompañados, otro de los pulmones que necesitamos para respirar. Los criamos,
los dejamos en la calle y después los acusamos de todos los crímenes habidos y
por haber, y también de ser millonarios.
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