miércoles, 2 de marzo de 2016

PABLO IGLESIAS EN EL CONGRESO DE LOS DIPUTADOS


El líder de Podemos Pablo Iglesias ha pronunciado hoy 2 de marzo de 2016, un discurso memorable. No obstante y no es de extrañar, que los medios de comunicación españoles, periodistas y tertulianos, nadie, haya encontrado en esta magistral oratoria, algún aspecto positivo y constructivo. De hecho hay una estrategia para asfixiar a Podemos y al resto de la izquierda para agradar a los poderes económicos españoles y europeos. Ha sido la primera vez que se ha reivindicado la memoria histórica en el Congreso de los Diputados.  



PABLO IGLESIAS GANADOR EN LOS PERIÓDICOS DIGITALES






Como se observa en la encuesta on line realizada por El País, Iglesias recibió el 51% de los votos muy alejado de Pedro Sánchez que se encuentra en segundo lugar. La dinámica en el periódico El Mundo sigue siendo la misma recibiendo Iglesias el 61% de los votos siendo Sánchez el segundo más votado con el 39%. En Público la distancia es más grande y el lider de Podemos recibe el 68,1% de los votos, situación que se repite en la encuesta de El Diario.es donde Alberto Garzón sorprende siendo el segundo más votado.


El Movimiento 15-M


Buenos días, bos días , egun on, bon día

Señores diputados, quiero dirigirme a ustedes pero sobre todo a la gente que sigue este debate por los medios de comunicación. Al fin y al cabo estamos aquí por la gente y para la gente.

Señorías, la primera vez que tomo la palabra en esta tribuna democrática. Permítanme que comience mi intervención recordando y reconociendo a quienes lucharon por la libertad y la justicia social, a los millones de españoles que se enfrentaron a la dictadura muchos pagándolo con su vida o con la cárcel. Muchísimas gracias. Gracias por ser un ejemplo para nosotros y para las generaciones futuras.

Y en el día de hoy me van a permitir que homenajee la memoria de Salvador Puig Antich, asesinado por la dictadura hace 42 años, me van a permitir también que homenajee la memoria de los trabajadores de Vitoria, asesinados hace 40 años por defender los derechos sociales de todos.

Señor Sánchez, hoy debatimos aquí el intento de investidura que usted quiso simbolizar firmando un pacto que tuvo como testigo El Abrazo de Juan Genovés. Le recuerdo que aquel cuadro sirvió primero para representar la amnistía a los presos políticos de la dictadura y después para homenajear a los abogados laboralistas de Atocha asesinados por defender a la clase obrera.

A la vista de los contenidos de su pacto, señor Sánchez, creo que usted debería haber buscado otro cuadro. Las lanzas de Velázquez hubiera sido mucho mejor puestos a simbolizar una capitulación.

Señorías, decir la verdad y tener principios se ha convertido en algo extraño y parece que hoy la política es el arte de la simulación, cuando no el arte de la mentira y el camuflaje, cuando no del mestizaje.

Permítanme que reivindique la verdad y reivindique la política como el arte de cambiar las cosas y no como el arte de pactar para que todo siga igual.

Se lo debo a los más de cinco millones de ciudadanos que nos votaron y también a todos los demás.

La política, señorías, no es el arte del engaño, ni del disfraz, ni la fabricación de cocteles con distintos sabores. Es el arte de transformar la realidad, y consiste en encontrar el eslabón más importante de la cadena del poder, ese que asegura el control del conjunto de la cadena.,

Durante mucho tiempo ese eslabón fue el gobierno del Estado. Hoy día muchos dirán y no sin buenas razones que los eslabones determinantes de la cadena del poder escapan a los controles democráticos. Los poderes fácticos, especialmente financieros, no están obligados nunca a rendir cuentas a los ciudadanos. En estas últimas semanas, hemos visto a esos poderes señalar continuamente qué gobierno le conviene a España, diciendo sin pudor que a España le convenía una gran coalición entre PP, PSE y Ciudadanos y alertando sobre el peligro de la participación de Podemos en un gobierno

Hoy, en este debate, asistimos a la primea entrega del plan de las oligarquías que ahogan la posibilidad de un cambio verdadero en España. Nosotros no somos ingenuos, somos conscientes de los límites de la transformación en la acción política de cualquier gobierno, de que la soberanía se ha desplazado de los Estados a instancias supranacionales, sabemos que la arquitectura de la globalización humilla cada día la soberanía popular y restringe el desarrollo de las bases ideológicas de la modernidad: la igualdad, la fraternidad y la libertad.

Cada vez que se dice que la desigualdad, la corrupción y la desregulación financiera son como la ley de la gravedad, se está atacando el significado mismo de la palabra democracia. Las sonrisas cínicas de algunos de ustedes constatan la hipocresía de su conformismo político, están ustedes seguros de que no se puede cambiar nada. Saben que hay corrupción, explotación y precariedad, pero denuncian cualquier intento de cambiar las cosas como peligroso, inaceptable y sobre todo imposible Sin embargo, en estas semanas, hemos aprendido algo, si tan preocupadas están las oligarquías por mantener el gobierno en manos de sus títeres, será que el gobierno sí es realmente importante.

Señorías, llegamos a este Parlamento empujados por la ilusión que se abrió pasado como la piedra que David lanzó a Goliat son su onda, convirtiendo en proyecto político un sencillo mensaje que lanzó la gente en las plazas, Sí se puede. El 15M señaló con miles de voces las injusticias y los anhelos por un futuro mejor. Las viejas maquinarias partidistas respondieron entonces con arrogancia, diciendo a la gente de las plazas que se presentaran a las elecciones. Pues aquí estamos, nuestra presencia aquí demuestra que aquel movimiento lo cambió todo.

Nadie puede representar un movimiento pero para nosotros es un orgullo que muchos de los que no hace tanto tiempo se manifestaban a las puertas de este Parlamento estén hoy aquí trabajando para cambiar las cosas.

A las posibilidades de cambio, señores del PP, se han referido ustedes agitando el fantasma del totalitarismo. Han dicho ustedes, efectivamente nosotros somos el coco, verdad señor Margallo, que nosotros queremos destruir la democracia, y que seguramente como decía usted señor ministro del Interior, la ETA estaría muy contenta de que nosotros gobernáramos en España.

Pues permítame que les recuerde que algunos de ustedes son hijos políticos del totalitarismo en este país. Tengo respeto por usted señor Rajoy y no voy a faltárselo, pero permítame recordarle que su partido, el partido que ha hecho de la corrupción y la injusticia una forma de gobierno, por eso el PP señor Sánchez sí es un partido corrupto, fue fundado por siete ministros de la dictadura.

Ustedes siempre han sido arrogantes con los débiles y serviles con los poderosos. Y ustedes son los principales responsables de que la corrupción y la injusticia se hayan convertido en la mayor vergüenza de España. Ustedes señor Rajoy son los convidados de piedra en esta investidura. Y el programa de los partidos que le impulsan no representa para ustedes ningún problema, como se han hartado de decir en estos meses y como ha dicho usted hoy aquí.

Hoy para ustedes solo hay un problema de nombres, basta con que se pongan ustedes de acuerdo con respecto a quién debe ser el presidente del Gobierno. Le hago una pregunta señor Rajoy. ¿Tienen ustedes a un Mario Monti guardado en el armario?

Señor Rivera, le tengo a usted por un político hábil y como tal le admiro. Sospecho que ha leído usted más a Lakoff que a Maquioavelo pero tiene usted virtudes de ambos. Le reconozco a usted que sabe dominar a la fortuna. Si hay un triunfador el día de hoy es usted, señor Rivera, a costa del señor Sánchez- Pero permítame que le haga una consideración.

Usted representa la peor de las tradiciones políticas españolas, la que no tiene más ideología que su cercanía con el poder. Usted hubiera sido líder del Konsomol en la URSS y jefe de escuadra en nuestra postguera y hoy es usted el líder natural de lo que el presidente de un banco llamó el Podemos de derechas, y no tanto porque usted sea de derechas, sino porque usted es de los que manda, señor Rivera.

Señor Rivera, el político que no tiene más bandera que su cercanía con los poderosos puede terminar por convertirse en marioneta de los poderosos. Lea usted El Príncipe señor Rivera, le provocará regocijo reconocerse en algunas de las astucias que recomienda el gran secretario Florentino. Quizás, si lo lee usted, además de a Suárez empiece usted a admirar a César Borgia. Eso sí, llegue usted al último capítulo del libro. Para ser César Borgia no basta ser astuto, además hace falta ser valiente.

Tengo un enorme respeto por las siglas que usted representa, señor Sánchez, son las siglas que fundó un socialista ejemplar. Un socialista con principios, son las siglas que representaron hombres y mujeres de talento y dignidad irrepetibles, como Margarita Nelken, Indalecio Prieto o Juan Negrín, las siglas del partido de mi abuelo, socialista de una época en la que ser socialista llevaba antes a la cárcel y al pelotón de fusilamiento que a los consejos de administración de las grandes empresas.

El suyo fue también señor Sánchez el partido de la ilusión, el cambio, y la modernización y contó y cuenta hoy también con mujeres y hombres de gran valía con los que nos encantaría poder trabajar. Pero fue también el partido del enriquecimiento rápido. Recuerda señor Sánchez cuando Solchaga decía que España era el país en el que más fácil era hacerse rico.

Su partido fue también el partido del crimen de Estado. Desconfíe señor Sánchez de los consejos de aquellos que tienen manchado su pasado de cal viva, desconfíe señor Sánchez. Su partido fue durante mucho tiempo también el partido del tráfico de influencias que dio la espalda a los trabajadores españoles. Por eso, señor Sánchez, para gobernar con ustedes le exigimos y le exigiremos siempre garantías, para que no se repitan los errores del pasado.

Su partido señor Sánchez recibió el pasado día 20 el más duro veredicto de las urnas. El suyo fue con diferencia, el peor resultado obtenido por un candidato del PSOE a la presidencia del gobierno, y sin embargo, eso que Maquiavelo llamaba fortuna y que el señor Rivera maneja mejor que usted quiso darle la posibilidad de encabezar un gobierno histórico que acometiera en serio las reformas económicas para corregir la desigualdad y el empobrecimiento. Pero usted prefirió escuchar la voz de lo poderosos que no pararon de decirle, con Podemos no, antes cualquier cosa que un acuerdo de gobierno con Podemos.

Ayer presentó usted un pacto a la medida de las oligarquías, sin tan siquiera un mínimo disimulo gatopardiano. Su alusión gastronómica de ayer a propósito del mestizaje ideológico fue una pobre forma de justificar su capitulación ante una fuerza política que usted definió ayer como las nuevas generaciones del PP

Vamos a votar que no a su investidura, señor Sánchez, y le voy a explicar por qué. El pacto que usted presenta imposibilita revertir los efectos más duros de la crisis y consolida las principales políticas del PP.

Quizás eso tenga que ver con los economistas con los que ha negociado. Uno de ellos trabajo para Price Waterhouse Cooper. Creo que esta vez lo he pronunciado un poco mejor. Una firma especializada en asesorar cómo privatizar, y el otro economista trabajó para Liberbank y para la fundación FAES. Si me acepta un consejo, señor Sánchez, la próxima vez, mande a un socialista a hablar de economía.

Ustedes apuestan exactamente igual que el PP por el cumplimiento dogmático del pacto de estabilidad y crecimiento de la UE. No se puede señor Sánchez hablar de Estado del Bienestar y mantener esa senda suicida de reducción del déficit público. Los trabajadores en precario, las mujeres con hijos y sus familiares a cargo, los parados que no reciben ninguna prestación, las familias desahuciadas por los bancos, las abuelas y abuelos obligados a estirar su pensión para ayudar a sus familias son las víctimas del dogmatismo económico neoliberal que debemos superar. No me sorprende el conformismo neoliberal en Ciudadanos para quien la palabra liberal nada tiene que ver con el sentido que le dieron los revolucionarios españoles hace 2 años. Para ellos la palabra liberal tiene que ver con defender a los privilegiados. Pero esperaba otra cosa de un socialista, señor Sánchez.

El sufrimiento de nuestra patria se mide con cifras: 18.000 millones de euros recortados en educación por parte del PP. Y ustedes no pretenden revertir esos recortes. La marea blanca y la marea verde señalaron estos años el camino de la sensatez. No es aceptable que su propuesta no se plantee acabar de una vez por todas con el copago sanitario y eluda con circunloquios la imprescindible derogación de la LOMCE. Escuche usted a las mareas, señor Sánchez.

Permítame que me refiera a la vivienda. Para hablar de vivienda en España hay que reconocer que se han violado los derechos humanos, mediante desalojos forzosos sin alternativa habitacional y condenando a la gente a deudas perpetuas. Ustedes en su pacto no prohíben los desalojos forzosos sin alternativa habitacional y pretenden que la gente siga pagando después de entregar su vivienda.

Nosotros no somos ambiguos y proponemos las cinco de la PAH: dación en pago retroactiva, alquileres asequibles, fin de los desahucios sin alternativa habitacional, fin de acaparamiento de las viviendas vacías por grandes especuladores y garantía de suministros para acabar con los cortes de luz, agua, y gas que son también derechos humanos. Quiero desde esta tribuna rendir homenaje a aquellos que se juegan su libertad y su integridad física por defender el derecho a la vivienda.

En materia laboral, su pacto no defiende a los trabajadores, nada sorprendente en el caso de Ciudadanos pero sí en un partido que se dice socialista. Han dejado ustedes abierta la puerta al abaratamiento del despido en tanto que su pacto no especifica si el trabajador costeará o no el llamado fondo austriaco que propone para financiar el despido. Mantienen ustedes la reducción en las indemnizaciones por despido de la reforma de 2012, que usted dice aquí que quiere derogar.

Su pacto mantiene la ampliación de las causas del despido objetivo, la supresión de la autorización administrativa previa a las regulaciones de empleo, las facilidades para descolgarse unilateralmente de los convenios colectivos.

Así como la eliminación del control sobre las horas extraordinarias en los contratos a tiempo parcial. Con la nueva figura contractual que ustedes pretenden llevar a cabo, los contratos temporales ya no necesitarán motivación alguna y podrán utilizarse para puestos indefinidos. Lo que están haciendo ustedes es dar carta de naturaleza al fraude. Y favorecer la precariedad. De seguir así, cediendo a la presión naranja no se extrañe si algún día los trabajadores le exigen que entregue la S y la O de sus siglas, señor Sánchez.

Señor Sánchez, por justicia y eficacia, nuestra propuesta es clara y sin ambigüedades Hay que derogar las dos últimas reformas laborales y defender el empleo de calidad.

En materia tributaria, su capitulación frente a la naranja mecánica es sonrojante. Mantienen ustedes la reforma aprobada por el PP en 2015, renunciando a reformar la suficiente y progresividad de nuestro sistema. Dicen querer reformar el impuesto de sociedades con el objetivo de acercar los tipos efectivos a los nominales. Y eso está bien, pero desde el momento en que su socio les propone retirar la tributación mínima del 15 por ciento para las grandes corporaciones empresariales, su reforma del impuesto de sociedades se queda en nada. Nosotros no somos ambiguos en nuestra propuesta. España necesita una reforma fiscal que garantice la solidaridad de las rentas más altas y que asegure ingresos suficientes para invertir en la gente.

En materia de pensiones su pacto resulta también decepcionante. En noviembre de 2013, ustedes criticaron la reforma de las pensiones del PP y dijeron con toda la razón que era injusta, que empobrecía a los pensionistas. El pacto que nos presentan no modifica aquella reforma de las pensiones que redujo el poder adquisitivo de los pensionistas. En lo que respecta a la política exterior, su pacto es un compendio de vaguedades en especial en lo que se refiere a Europa.

La realidad es que Europa está al borde de un abismo social y señor Sánchez no cabe medias tintas al respecto.

Hace dos días el gobierno en funciones dio un ok al vergonzoso chantaje que impuso David Cameron a la UE. Yo estuve en la sesión de la comisión de Exteriores, y escuché al representante socialista criticar el acuerdo, decir que era un atropello jurídico, una amenaza al proyecto europeo, un precedente irreversible que ponía en riesgo la cohesión del proyecto de Europa... La crítica era razonable pero después, ¿qué hicieron ustedes? Lo de siempre, no se opusieron al acuerdo.

Esa misma actitud mantienen ustedes frente al TTIP que supone una amenaza a los derechos sociales, ambientales y a la soberanía popular. Critican algunos aspectos de ese tratado, pero a la hora de la hora, ustedes votaron con el PP en el Parlamento europeo.

No somos ambiguos en nuestra propuesta. Hace falta un gobierno que defienda el proyecto europeo, pero no ese casino financiero en el que los pueblos pagan la factura de la fiesta de los banqueros. En materia de política de asilo y refugio su pacto incluye de nuevo muchas generalidades y pocas garantías. No se puede ser tan ambiguo señor Sánchez. Hay que exigir la reforma del reglamento de la ley de asilo de 2009 para que se pueda solicitar asilo diplomático en embajadas y consulados de terceros países. Eso evitaría imágenes vergonzosas como la de un niño muerto en la playa.

Es impresionable restablecer la legalidad en la frontera sur, poner fin a las devoluciones en caliente y eliminar las concertinas. No está eso en su pacto, es lamentable que se hayan olvidado de ello.

En su discurso de ayer se olvidó usted de los profesionales de las fuerzas y cuerpos del Estado. En esta Cámara algunos se han llenado la boca hablando de España, mientras concedían medallas a las vírgenes en lugar de a los agentes que trabajan en la calle. Muchos de ellos tienen que pagarse con su dinero los chalecos antibalas, por falta presupuesto para ello. Y a los agentes de la guardia civil se les sigue negando el derecho a la sindicación. Hace falta un gobierno que defienda los derechos de quienes nos protegen.

En política energética hay algunos buenos propósitos, pero sin garantías ni concreciones de cumplimiento. También hay incoherencia. Ayer habló usted de cerrar las centrales nucleares que cumplan 40 años de vida útil, señor Sánchez. Ninguna central nuclear en funcionamiento en España va a cumplir 40 años de vida útil en esta legislatura. No nos tome el pelo señor Sánchez.

Lo más grave de su pacto en lo que se refiere al mercado eléctrico es que no habla de terminar con los beneficios caídos del cielo de las eléctricas y las nucleares ni se aborda el sistema de fijación de precios.

El sistema eléctrico requiere auditoría completa, no solo de los costes regulados, también de los costes de generación, distribución y también de la deuda asociados al déficit de tarifa. Nosotros no somos ambiguos. En nuestra propuesta hay que acabar con los miles de millones de euros de sobre retribuciones injustificables que recibe el oligopolio eléctrico y que encarecen la factura de la luz que tienen que pagar todos los ciudadanos. Que no toque ni siquiera de refilón estos temas quiere decir mucho de la sumisión reverencial al oligopolio de las eléctricas.

Señor Sánchez, con todo el respeto. Le voy a pedir que nos comprenda. Llegamos a este parlamento diciendo a la gente que no olvidara, que no olvidara, los desahucios, la privatización de la sanidad, el 135 y las reformas laborales. Yo no traiciono a mi gente, señor Sánchez. Quizás pueda reprocharme usted la firmeza o no respetar mucho los protocolos o la etiqueta, pero nunca reprocharme no haber sido claro ni sincero con usted desde el principio. En el engaño nada florece, en la verdad todo es posible.

Desde el principio le dijimos que tenía dos opciones sobre la mesa: o la gran coalición o un gobierno progresista. Ese gobierno progresista hubiera podido lograr los apoyos necesarios. No la semana que viene, hoy podríamos tener ya un gobierno si usted hubiese optado por formarlo con nosotros.

Le voy a decir la verdad. Lo que nos ha traído usted aquí, quizás sin percatarse del todo, es la primera entrega del plan de la gran coalición. Ha firmado usted un acuerdo en lo programático que no pone dificultades al PP. No lo digo yo, lo dice su socio, el señor Rivera. Cuídese de la naranja mecánica, señor Sánchez. Ha elegido un socio muy hábil que no dudará en entregarle al PP en cuanto tenga ocasión. Después de que fracase usted, los mismos que le prohibieron pactar con nosotros querrán obligarle a tragar la segunda entrega del plan de las oligarquías. Es el plan del Ibex 35, de algunas de las viejas glorias de su partido, y le aseguro que en esa segunda entrega el plan no es que esté usted al frente de ese gobierno.

Usted puede aún rectificar para ser presidente del Gobierno y estar a la altura de las siglas de su partido. Le vuelvo a tender la mano para que después de ese fracaso negocie con nosotros desde la fraternidad y en interés de las gentes y pueblos de España un programa y un gobierno de cambio real.

Los números dan y usted lo sabe. Un gobierno con nosotros, con IU y Compromís obtendría más votos favorables que negativos en la Cámara. No cuente usted abstenciones y acabe con las líneas rojas, deje de obedecer a los oligarcas, señor Sánchez, deje de escuchar los cantos de sirena que le llevan al naufragio.

Sabe que somos firmes y siempre le hemos mirado a usted y su partido de igual a igual. El pasado fin de semana estuve repasando debates de investidura de las últimas décadas. Reconozco que me indignó comprobar la displicencia y arrogancia con la que los representantes de su partido se dirigían a hombres justos como Gerardo Iglesias, Julio Anguita o José Antonio Labordeta. Aquellos hombres justos intervenían desde esta tribuna cargados de razones, pero quizás con pocos escaños.

Hoy las cosas han cambiado. Si de algo se nos puede acusar es de haberles tratado a ustedes de igual a igual. No hay en nuestra dignidad y firmeza ningún ánimo de revancha. Le aseguro que nuestra lealtad será igual de firme si rectifican ustedes y se ponen de acuerdo con nosotros. Pero entienda que el tiempo del turno bipartidista se acabó en España. Rectifique usted y trátenos como un socio con el que se comparten decisiones y responsabilidad. No vuelva a tratar de engañarnos, señor Sánchez.

Si rectifica usted y gobernamos juntos, nuestra opción nos creará enemigos, pero no debe importarnos. Merecer el odio de los que envenenan el pueblo deberá ser para nosotros una honra. La frase no es mía, señor Sánchez, es de Pablo Iglesias, fundador de su partido.

A veces el verdadero cambio es volver al principio, a los principios, señor Sánchez. Permítame que termine con las palabras de un emigrante mexicano que trabajó en el Corte Inglés. Y que decía que gobernar es mandar obedeciendo a la gente. En el engaño nada florece, en la verdad todo es posible. Libertad, justicia y democracia. Muchas gracias.

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