Bandera de la República Española
Por Isidoro Gracia
Exdiputado
Se está planteando cambiar desde la
monarquía parlamentaria a una república, como si eso supusiera un
cambio de sistema o una cuestión de fe, cuasi religiosa, ambos
planteamientos son erróneos.
Para no engañar a nadie,
empezaré por confesar que yo soy partidario de elegir y en consecuencia poder
cambiar al Jefe del Estado, por voluntad popular democráticamente
expresada. Pero para mí no es una cuestión religiosa sino fruto de la razón, en
consecuencia, nada de verdades absolutas, como ligar la propia existencia de
democracia a republicanismo.
Empecemos por lo elemental, el sistema es
democrático no por su título sino por sus hechos. Miremos a nuestro alrededor
para aclararnos. Existen democracias muy consolidadas con la fórmula monarquía parlamentaria,
con sus reyes, reinas y príncipes, como Suecia, Noruega, Holanda,
etc. y sus ciudadanos gozan de una democracia que les está proporcionando
un bienestar y un grado de libertad envidiables. Simultáneamente existen repúblicas, con sus jefes del estado con el apelativo de presidente, como
Francia, Alemania, etc. con resultados similares para sus ciudadanos. Y por
continuar con las referencias, no están demasiado lejos, ni en la
geografía, ni en la historia, monarquías absolutas y dictatoriales
(quedan pocas) y repúblicas democráticas solo en el adjetivo (estas aún abundan).
Escudo de la España monárquica
¿De qué modelo de jefe del estado estamos
hablando? Para empezar, no todos los jefes de estado son de elección directa por los
ciudadanos, por ejemplo en la República Federal Alemana, o la República Italiana,
se elije por los Parlamentos, como ejemplo alternativo, en la República Francesa o la República Portuguesa el Jefe del Estado es de elección directa.
El sistema de elección marca las
diferencias fundamentales en las competencias, como no podía ser de otra
forma los elegidos directamente tienen competencias y poder mucho mayores que
aquellos elegidos en segundo grado. Y alguno de esos poderes no son temas
menores.
Todos los jefes de estado representan la
unidad nacional, incluso en las repúblicas federales, casi todos son
mando supremo de las fuerzas armadas y pueden disolver las cámaras, con mayor
o menor facilidad, pero solo los de elección directa tienen capacidad de veto
o bloqueo de las leyes y algunas decisiones aprobadas por los gobiernos y
parlamentos, e incluso nombrar directamente a altos funcionarios y magistrados
de otros poderes.
Escudo de la España republicana
Y por hablar de un tema muy comentado en
estas últimas semanas, los de elección directa suelen tener entre sus
competencias convocar referéndums, a iniciativa propia.
Supongamos que ya tenemos las ideas
suficientemente claras, como para afrontar la reforma constitucional, que la
mayor parte de españoles creemos necesaria, ¿cuánto esfuerzo
dedicamos al mono tema monarquía/república?, ¿cuanto al problema
territorial? y ¿al ejercicio efectivo por los ciudadanos de sus derechos básicos? Por mi
parte es evidente que al menos de una importancia similar, sino superior, al
tema de la jefatura del estado, tienen otros como fijar en la nueva Constitución mayores garantías para el
ejercicio y disfrute real de derechos básicos tales como educación, salud
y protección social (al menos en el mismo nivel que la
estabilidad presupuestaria), o el encaje territorial, que garantice un mejor e
igual servicio al conjunto de ciudadanos, y la exigencia de solidaridad entre
los 47 millones de españoles.
Y una penúltima cuestión, y si se
convoca el referéndum monotemático, lo ganan los partidarios de la monarquía ¿se conformará Felipe VI con el
ejercicio de sus funciones como ha hecho su padre?, o una vez refrendado
¿reclamara un ejercicio de competencias más acorde con los jefes de estado
que pasan directamente por urnas?
Bandera del Reino de España
Hola Pedro,
ResponderEliminarLo que en ningún medio del régimen mencionan es que nos endosaron una carta magna, lo más lejano que puede haber de una constitución. ¿Qué opinas de la república constitucional?